-Sólo Dios sabe cuánto te quise."
"... Pero la víspera del viaje cometió a conciencia una locura última del corazón que bien pudo costarle la vida. Se puso a la media noche su traje de domingo, y tocó a solas bajo el balcón de Fermina Daza el valse de amor que había compuesto para ella, que sólo ellos dos conocían, y que fue durante tres años el emblema de su complicidad contrariada. Lo tocó murmurando la letra con el violín bañado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse termino con un silencio sobrenatural. El balcón no se abrió, ni nadie se asomó a la calle, ni siquiera el sereno que casi siempre acudía con su candil tratando de medrar con las migajas de las serenatas. El acto fue un conjuro de alivio para Florentino Ariza, pues cuando guardó el violín en el estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no se sentía ya que se iba a la mañana siguiente, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás."
-El amor en los tiempos del cólera.
No puedo escribir nada más.
Adiós genio, siempre vas a seguir vivo en cada una de tus magnificas escrituras.
Gabriel García Márquez (1927-2014)
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